Sólo el 0.7% de la población en Chihuahua es clase alta; clase baja es mayoría con 56%: INEGI

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Lo anterior, de acuerdo al informe del INEGI “Cuantificando la Clase Media en México” que toma en cuenta los ingresos de los hogares y sus gastos. Además el 43.3 por ciento son de clase media y el 56.0 por ciento es de clase baja.

De acuerdo con el INEGI, el promedio en el país es la clase alta de 1.2 por ciento; la clase media representa un 42.2 por ciento y la clase baja es la que más población concentra, con 56.6 por ciento.

El INEGI señala que los hogares de clase media ganan en promedio 23 mil 451 pesos, la clase baja 11 mil 343 y la clase alta 77 mil 975 pesos.

Para llevar a cabo el estudio, el INEGI tomó en cuenta los ingresos de los hogares, pero además, llevó a cabo un comparativo sobre los gastos en cada uno de éstos, y dependiendo el nivel o clase social, se observan diferencias.

Por ejemplo, los hogares que se encuentran dentro de la clase baja, que en el estado de Chihuahua son un 56%, destinan gran parte del ingreso en alimentos, seguido de gasolina.

La clase media destina la mayor parte de sus ingresos en gasolina y consumo de alimentos, casi a la par.

En cuanto a la clase alta, que es la que representa el menor porcentaje de los hogares en la entidad, se indica que destinan la mayor parte de su presupuesto o ingresos en alimentos, productos considerados no básicos como tabaco y bebidas, y comidas fuera de casa y diversión.

En este mismo contexto se observan los gastos a los que pueden acceder cada clase social en los cuales se tomaron en cuenta servicio de internet, automóvil propio, servicio de televisión, escuela privada y servicio doméstico.

En el caso de la clase alta prácticamente el 100% (97.9 a 100%) tienen servicio de internet, automóvil, servicio de televisión, tarjetas de crédito, y pagan escuelas privadas y servicio doméstico.

En el caso de la clase media el 74% tiene servicios de internet, el 61% tiene automóvil propio, un 55.2% servicio de televisión, 41.7% tarjetas de crédito, el 31% paga una escuela privada y el 20.4% paga servicio doméstico.

Otro aspecto que se aborda es el nivel educativo, ya que por ejemplo en más del 91 por ciento de los hogares de clase alta, tienen un promedio de 15.2 años de estudios, equivalente a nivel de licenciatura, en al menos un integrante por hogar.

Además, en un 82.5 por ciento de los hogares de clase alta, al menos una persona cuenta con un puesto directivo, o alguna jefatura, y en 22.7 de dichos hogares hay una persona trabajando en el sector público de gobierno.

Los ingresos de un hogar promedio dentro de la clase alta son de 77 mil 975 pesos.

En la clase media, los hogares tienen un promedio de 11.2 años de estudios, que significa nivel medio superior, o alguna carrera técnica.

Además, en este sector, un 51.2 por ciento, al menos un adulto cuenta con estudios de un año en educación superior.

La mayor parte, son empleados con salarios formales, y únicamente un 6.4 por ciento tiene un trabajo independiente formal.

Además, el ingreso promedio de los hogares dentro de la clase media es de 22 mil 297 pesos.

Finalmente, en la clase baja, los hogares tienen un promedio de 8.2 años de estudios, es decir ingresan a educación secundaria, pero no la concluyen.

El 18.6% de estos hogares tienen por lo menos un adulto con mínimo un año de educación superior.

Hay más desigualdad que en tiempos del “Porfiriato”

La vida social durante tiempos del porfiriato estuvo marcada por grandes desigualdades sociales, advertida desde los que tenían una vida llena de comodidades, hasta los que no. Según una investigación realizada por la Dr. Julieta Ortiz, la desigualdad social durante el mandato de Porfirio Diaz se presentaba de la siguiente manera: para 1895 se contaban un total de 12.6 millones de habitantes en el territorio nacional, de los cuales solo el 2% representaba a la clase poderosa con respecto al nivel económico y político. En contraste, la población trabajadora y más empobrecida, los que se mantenían en deuda permanente, incluso hasta la muerte, en las tiendas de raya, constituían el 90% de la población total. El 8% restante lo conformaban burócratas y profesionales (Ortiz,1993).

La desigualdad era tan grande en el país que algunos llegaban a perder hasta la vestimenta. Según Beatriz Bastarrica (2016), las frases como “desnudos” o como dios los trajo al mundo” eran los encabezados que regularmente se leían en los periódicos del país, sobre todo en Guadalajara, Jalisco, y que aludían a los sucesos de robo en la ciudad (Bastarrica, 2016, 58); los objetos hurtados eran posteriormente vendidos en mercados de primera y segunda mano. Lo que se vendía era, según la misma autora: pantalones, sombreros, calcetines, zapatos, camisas, sarapes, corbatas, vestidos infantiles, batas, y joyas de valor; esto, debido a que simbólicamente las prendas de ropa y joyas se empezaron a considerar como bien de cambio.

/cms/uploads/image/file/553256/Clases_sociales_porfiriato_2.jpgAGN-PAL/3093: Familia bañándose y lavando sus prendas en el rio. 1905: Waite, Charles B

Mientras unos se mantenían en lucha constante por mantener o asimilar una forma de vestir, una imagen “digna”, otros no aspiraban mas que a portar el “uniforme del pueblo”, lo cual solo era vestir una camisa amplia y un calzón de manta color blanco. En contraparte, existía la clase social que tenía los recursos para adquirir cualquier tipo de objetos y realizar cualquier tipo de practica “ilustrada”.  Este pequeño grupo de personas solía visitar las tiendas departamentales de estilo francés y estadounidense, como una muy afamada que prevalece en la actualidad.