El oficio de ser nogalero; opinión de Felix Aguirre

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El oficio de ser nogalero

Contra lo que se imagina la gente que convive en el entorno de los predios nogaleros de que el oficio de ser nogalero es la “panacea de la abundancia”. Que equivocado se está de ser realidad ese concepto.

El cultivo de nogal, para estar en plena producción tuvieron que pasar muchos años, mínimo 15 o 20 años, al menos para ser autofinanciable su mantenimiento 8 o 10 años.

Le pregunté en una ocasión a un Ingeniero en finanzas, muy conocido de la banca si el cultivo de nogal es una actividad rentable. Su respuesta me dejó helado, me contestó:

Si usted considera que el concepto rentabilidad es la relación matemática entre la utilidad contra el valor de la huerta, sería NO”.

Me queda claro que el verdadero nogalero, el que planto los árboles seguramente no alcanzo de disfrutar de su legado, de su huerta que con tanto sacrificio desarrollo.

Sin embargo, si observamos a los beneficiarios de hoy, perecería que es muy rentable PRODUCIR LA NUEZ, me refiero al NOGALERO V.I.P., que no le costó absolutamente nada llegar a esa bonanza, al NOGALERO cuya costumbre o forma de vida es comunicarse en las redes atravez de un grupo elitista, al que se baña todas las mañanas y se aplica perfumes caros, el que cree que mueven el mundo de la nuez en el café si es de día o en el bar si es de noche, el que se cree técnico, ingeniero, financiero, etc…

Pero la realidad es que ni a sus predios van, dejando la responsabilidad en sus peones o mayordomos.

Son capaces de desafiar incluso las innovaciones técnicas que personas u órganos especializados han creado a lo largo de años de investigación.

Menciono a este tipo de productor V.I.P., por sus pronunciamientos fantasiosos en las redes, que pudiendo aprovechar su muy particular opinión en las redes en la búsqueda de mejorar la productividad, de sus huertas mejorando su estructura, nutrición, esquemas de irrigación, y sobre todo el mercadeo de la nuez:

SE DESCUIDAN y caen en manos de los oportunistas, con todo respeto…

En la opinión de Felix Aguirre Solís