Continúa en espera de justicia la familia rarámuri que fuera extorsionada a mediados del mes de febrero por una oficial de Vialidad y un elemento de la Policía Municipal.
Cabe recordar que fue a la altura de “Los Llorones”, por la salida a Cuauhtémoc, cuando un agente de la Policía Vial les marcó el alto, cuestionando el por qué viajaban varias personas en el automotor y acusando al conductor de transitar en estado de ebriedad, lo cual no pudo comprobar. La familia de la etnia Rarámuri viajaba a bordo de una camioneta Ford Explorer, unidad a la que agentes de la Subsecretaría de Movilidad detuvo al conductor con la justificación de realizar una inspección de rutina.
La oficial les dijo que “les podía echar la mano”, acto seguido, los amenazó con asegurarles la unidad, por lo que al ver la situación la familia se preocupó y accedió a entregarle la cantidad de 10 mil pesos en efectivo, los cuales consiguieron hasta con los vecinos, entregando el efectivo a un elemento de la Policía Municipal que conducía la patrulla marcada con el número económico PA-14-18, matrículas CH-303A-2.
Los afectados angustiados por el temor de perder la camioneta que con mucho sacrificio lograron comprar, accedieron a darles lo que pedían, sin embargo, tuvieron que ir hasta su vivienda de la colonia Martín López para completar el dinero y un elemento los siguió hasta el lugar y fue quien recibió el efectivo.
La familia ya no pudo viajar a su pueblo, ya que señalan, los dejaron sin un cinco.
“Esta en investigación, no tengo más información, ya pedimos los informes a cada elemento que estuvieron ese día o que fue a quien le toco ese evento, estamos a la espera de que concluya la investigación interna”, dijo Komaba Quezada en el mes de febrero.
Sobre esta lamentable situación, indican los afectados que al parecer el alcalde Marco Bonilla le dio carpetazo al asunto, ya que no se ha dado a conocer más información al respecto. De la oficial de Vialidad se indicó que hace días renunció, pero del policía municipal nada se sabe.