El grupo internacional Event Horizon Telescope (EHT) publicó este jueves la primera foto de un agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea. “Es el amanecer de una nueva era de la física de los agujeros negros”, afirmó la organización.
La imagen fue obtenida gracias a las observaciones de una red global de radiotelescopios. En total, los procesos que se realizaron en el marco del estudio tardaron cinco años e implicaron el uso de supercomputadoras para analizar y compilar los datos obtenidos.
Científicos ya observaron estrellas que orbitan alrededor del objeto “invisible, compacto y muy masivo”, conocido como Sagitario A*, en el centro de nuestra galaxia. La foto publicada esta jornada ayudó a comprobar que se trata de un agujero negro.
En la foto no se puede ver el propio agujero negro debido a su completa oscuridad. Sin embargo, el gas brillante a su alrededor pone al descubierto la parte central oscura (llamada sombra) que está rodeada por una estructura en forma de anillo.
“La nueva vista capta la luz doblada por la poderosa gravedad del agujero negro, que es cuatro millones de veces más masivo que nuestro Sol”, explicó el EHT.
Dicho agujero negro se encuentra a unos 27.000 años luz de la Tierra, por lo que su tamaño en el cielo equivale a el de “un donut en la Luna”. Para obtener la imagen, los investigadores tuvieron que unir ocho observatorios de radio existentes en el mundo para formar así un único telescopio virtual.
El equipo científico observó Sagitario A* a lo largo de múltiples noches, recogiendo datos durante muchas horas seguidas. El EHT comparó este proceso con el uso de una velocidad de obturación larga en una cámara.
El descubrimiento de otro agujero negro
La hazaña llega tras la publicación en 2019 de la primera imagen de otro agujero negro conocido como M87*, ubicado en el centro de la galaxia Messier 87.
Aunque los objetos parecen similares, en realidad el de la Vía Láctea es unas 1.000 veces más pequeño. “Tenemos dos tipos de galaxias completamente diferentes y dos masas de agujeros negros muy distintos, pero cerca del borde de estos agujeros negros se ven sorprendentemente similares”, señaló Sera Markoff, profesora de la astrofísica teórica en la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos).
Los científicos indicaron que recibir una imagen del M87* era más fácil, aunque está ubicado a una mayor distancia de la Tierra. La dificultad radica en que la velocidad del gas, que circula cerca de los agujeros negros, es igual. Así, tarda entre días y semanas en orbitar el M87*, mientras que lo hace en varios minutos en el caso de Sagitario A*.
“Esto significa que el brillo y el patrón del gas alrededor de Sagitario A* estaban cambiando rápidamente, mientras la Colaboración EHT lo observaba, un poco como tratar de tomar una foto clara de un cachorro persiguiendo rápidamente su cola”, aclaró Chi-kwan Chan, científico de la Universidad de Arizona (EE.UU.).