El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el Tren Maya y la refinería Dos Bocas son los proyectos con los que el presidente quiere dejar registro de su mandato.
Las grandes obras gubernamentales reflejan mucho del presidente detrás de ellas. Historia, identidad, diseño, relaciones y prioridades de su agenda son algunos de los elementos que se quedan en cada ladrillo de la construcción.
Sin embargo, esto no las tiene exenta de la controversia ni la polémica.
El Tren Maya, proyecto emblema del presidente Andrés Manuel López Obrador para el desarrollo del sur de México no se detiene pese a los reclamos por el peligro que pone a las zonas por donde pasa, afirma un nuevo reportaje publicado por el diario estadounidense The New York Times.
La nota, firmada por María Abi-Habib, pone en cuestión que la obra cumpla con el presupuesto que se proyectó en un inicio por el gobierno federal y que verdaderamente impulse la economía del sur del país.
Conocido por no escuchar opiniones, el mandatario ha apuntalado el seguimiento de las obras en el polémico Tramo 5, que va del aeropuerto de Cancún al de Tulum, en Quintana Roo. El plan era que las vías se desplegaran sobre la carretera para evitar la deforestación, pero terminará por serpentear a través de la segunda selva más grande de América, habitada por jaguares en peligro de extinción.
El tramo, a cargo de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), también afecta el río subterráneo más largo del mundo y sobre cientos de cuevas inexploradas que se ha descubierto que contienen ruinas antiguas de la civilización maya.
Para proteger la mega-obra, el presidente López Obrador la decretó de seguridad nacional en julio pasado con lo que consiguió continuar con las obras y protegerla del escrutinio público. Aseguró que el decreto “daría continuidad a una obra pública muy importante” que había sido paralizada por “los pseudoambientalistas financiados por el gobierno de Estados Unidos”.
Expertos señalan que ejecutar una obra de ese tamaño requeriría de 15 años para completarlo, en línea con los ferrocarriles de tamaño similar construidos en otras partes del mundo, pero el mandatario ha sido muy claro en que tendrá que completarse en cuatro años, para ser entregado e inaugurado ates de que termine su mandato.
El Gobierno ya ha superado el presupuesto proyectado y se estima que acabará costando hasta 20 mil millones de dólares más, casi tres veces más que la estimación inicial. Según un alto funcionario del gobierno cercano a López Obrador entrevistado por NYT, quien pidió no ser identificado, el Tren Maya no pasará por Mérida, ni por Campeche, las ciudades más importantes de la península.
Funcionario que trabajan en la obra señalan que el gobierno encargó estudios económicos y ambientales, pero que se han vuelto obsoletos debido a los cambios de rutas que ha sufrido para que se cumpla el plazo de finalización de 2024.
Uno de los movimientos de la ruta se debió a la queja de los hoteleros por el tráfico que generaban las obras, por lo que se decidió mover la ruta para atravesar unos 112 kilómetros, sobre la suave piedra caliza de la Selva Maya, donde pasarán trenes de hasta 217 toneladas que cruzarán por el terreno de piedra caliza que es muy sensible la erosión.
Dos Bocas
El presidente Andrés Manuel López Obrador aceptó que se incrementó el costo de la construcción de la polémica refinería Dos Bocas en comparación a lo que se tenía contemplado, pues explicó que eso se debió a que no se contemplaron todos los equipos necesarios.
“HUBO UN INCREMENTO EN EL CASO DE LA REFINERÍA, PORQUE NO SE CONTEMPLARON ORIGINALMENTE EQUIPOS QUE SE NECESITAN Y SE AMPLIÓ EL PRESUPUESTO”, DIJO EL MANDATARIO FEDERAL EN CONFERENCIA MAÑANERA.
Presidente Andrés Manuel López Obrador
El gobierno federal ha asignado al menos 16 mil 816 millones de dólares a la refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco, el doble de lo que originalmente habían anunciado las autoridades, exhiben documentos de Pemex.
Datos disponibles en el portal del Consejo de Administración de Pemex indican que el proyecto inició con un presupuesto de 8 mil 918 millones de dólares, pero posteriormente se agregaron mil 426 millones de dólares por concepto de IVA, según el Acta 994.
Sin embargo, el 10 de agosto, un mes después de la inauguración de la megaobra, el consejo acordó pedir un total de 6 mil 470 millones de dólares para dar continuidad a la obra y ponerla en operación, según consta en el Acuerdo 998.
Es decir, en total van al menos 16 mil 816 millones de dólares destinados a la obra, aunque el 9 de diciembre de 2018 el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que costaría 8 mil millones de dólares.
El polémico AIFA
Las promesas fueron dos: hacerlo en el mejor tiempo posible con miras a inaugurarse a inicios de 2022 y dar preferencia a la austeridad. La construcción comenzó el 17 de octubre de 2019 y tras 776 días, reporta más de 82% de avance en la construcción.
“El aeropuerto será uno de los activos estratégicos más valiosos del Estado mexicano. Hay muchos retos, el principal evidentemente es el tiempo. Tenemos tiempo reducido para materializar la obra, y no solo para materializarla, sino ponerla en operación. Que pase de ser una edificación nueva a que sea un negocio rentable, escalable y seguro”, dijo en entrevista con Obras el general Gustavo Vallejo, encargado de hacer realidad el AIFA (y ahora parte del Tren Maya y el nuevo aeropuerto de Tulum) a un año del inicio de las obras.
