En una ocasión, desayunando en un café, al lado platicaban unas personas con acento de la comarca lagunera, eran agricultores.
Trataban el tema de un curso que se desarrollo por una semana completa, al inicio les entregaron unos audífonos, por donde escuchaban la voz de los interpretes en el idioma de los participantes del evento, al que concurrieron doctores y científicos en materia de irrigación.
El tema que se estaba desarrollando era la “eficientización” del agua del Rio Nazas y la del subsuelo de la comarca Lagunera, el MEGAPROYECTO consistía en canalizar y presurizar toda el agua de riego. La platica era de altura, no era banal como sucede en la generalidad de las platicas de café.
Me llamo poderosamente la atención por dos razones: el curso se desarrollo 32 años atrás, en 1989, el objeto del mismo era ahorrar el agua que desde ese entonces, según ellos ya los abatimientos estaban muy abajo.
Comentaban de ese evento con mucho interés, el curso inicio un lunes y termino un viernes, el sábado lo dedicarían a preguntas y respuestas de los especialistas en irrigación.
Precisamente ese sábado de preguntas, una de ellas pronunciada por un hombre sencillo, ejidatario, comentaban, fue la mas impactante que hizo que los hombres de ciencia llamaran a un descanso, de 30 minutos para ellos formular la respuesta mas correcta y contundente.
La pregunta fue: “Señores ingenieros, ¿Será posible que en nuestra Comarca Lagunera vuelvan los niveles de las norias a cero, uno, o dos metros de profundidad?“.
Después de ese compas de espera, los doctores formularon otra contra pregunta: “¿Cuántos años hace que están bombeando en la Laguna?”.
Al unísono contestaron muchos de los participantes: 50 o 60 años. Entonces a juicio de los “desayunantes”, los doctores dieron una escalofriante respuesta:
“Dejen 50 o 60 años de usar los pozos…” y término el evento.
Cualquier parecido en nuestro Estado de Chihuahua en las zonas de bombeo de: Jiménez, El Sauz, Villa Ahumada, Lebarón, El Oasis, Cuauhtémoc, es mera coincidencia. Los abatimientos de los mantos freáticos se da, a consecuencia de una menor aportación del agua al subsuelo en relación a la extracción.
En la opinión de Félix Aguirre Solís