La Compañía de Jesús en México, emitió un posicionamiento en donde exigen a las autoridades que se haga justicia, a un mes del asesinato de los dos sacerdotes jesuitas, Javier Campos y Joaquín Mora, privados de la vida al interior del templo de la comunidad de Cerocahui, en el municipio de Urique.
“Durante este mes, hemos manifestado a las autoridades de los diferentes niveles gobierno, que para la Compañía de Jesús es prioritario que se garanticen los derechos de las comunidades rarámuri. La atención que sobre la religión ha generado este lamentable hecho que sacudió al país no puede ser coyuntural: se deben revertir las causas estructurales de violencia en la Sierra, que prevalecen desde hace décadas”, versa el texto emitido por esa agrupación religiosa.
Calificaron como ausente la acción del Estado en la región serrana en donde ocurrieron los hechos, y señalaron como indispensable la presencia provisional de las fuerzas federales, quienes cumplen con los protocolos de interacción cultural con las comunidades indígenas que habitan esa región.
El posicionamiento, hace énfasis en que el asesinato de los sacerdotes, trae a la memoria de la gente, todas esas víctimas de la violencia que aún esperan por justicia, pues son miles las personas desaparecidas, asesinadas, los feminicidios, los migrantes que no han regresado a casa, las personas desplazadas, quienes perdieron la vida cumpliendo con su deber, así como todo el dolor que viven diariamente los familiares de todos ellos.
“Por las mujeres, por nuestras infancias, por nuestras juventudes, por todo el pueblo de México, hoy más que nunca es indispensable caminar en conjunto con diálogo, con responsabilidad, con propuestas y con esperanza, privilegiando la atención preferencial a los más pobres. Reiteramos el llamado que hemos hecho, a abrir espacios de diálogo para revisar la actual política de seguridad”, puntualiza el texto.