El momento del impacto, a 11 millones de kilómetros de la Tierra, podrá seguirse en directo en el canal de la NASA.
La NASA intentará este lunes desviar la trayectoria de un asteroide estrellando contra él una nave kamikaze, en una novedosa prueba de “defensa planetaria” que debería permitir proteger mejor a la humanidad de una eventual amenaza futura.
El asteroide objetivo no representa ningún peligro
Pero la misión, llamada DART, debería “ayudar a determinar nuestra respuesta si detectamos un asteroide que amenaza con golpear la Tierra” en el futuro, dijo el lunes el jefe de la NASA, Bill Nelson.
El momento del impacto, a 11 millones de kilómetros de la Tierra, podrá seguirse en directo en el canal de la NASA.
La nave, no más grande que un automóvil, despegó en noviembre de California. Tras diez meses de viaje, debería cumplir su meta a las 23:14 GMT del lunes, a una velocidad de más de 20,000 km/h.
Estamos cambiando el movimiento de un cuerpo celeste natural en el espacio, la humanidad nunca había hecho esto antes”, dijo Tom Statler, científico jefe de la misión. “Es algo sacado de los libros de ciencia ficción y de los episodios de Star Trek de cuando era niño. Y ahora es real”.
El objetivo es en realidad un par de asteroides: uno grande, Didymos (de 780 metros de diámetro), y su satélite, Dimorphos (de 160 metros de diámetro), en órbita a su alrededor. Los dos están a sólo un kilómetro de distancia.
Es contra el pequeño, Dimorphos, que la nave debe estrellarse. Este asteroide actualmente gira alrededor del más grande en 11 horas y 55 minutos. Lo que se busca es reducir su órbita en unos 10 minutos.
Este cambio se puede medir con telescopios desde la Tierra, observando la variación de brillo cuando el asteroide pequeño pasa por delante del grande.
¿Cuándo sabremos si funcionó? “Me sorprendería si tuviéramos evidencia firme en menos de unos pocos días, y me sorprendería si tomara más de tres semanas”, señaló Statler.
Cámara integrada en la nave
Mientras tanto, hoy lunes, la cámara integrada en la nave, llamada DRACO, tomará una imagen por segundo. Estas imágenes llegarán a la Tierra con un retraso de solo unos 45 segundos.
Para alcanzar un objetivo tan pequeño, la nave se dirigirá de forma autónoma durante las últimas cuatro horas, como un misil autoguiado.
Apuntará primero a Didymos, antes de que aparezca Dimorphos.
El pequeño asteroide, del cual nunca antes se han visto imágenes, inicialmente no aparecerá más grande que un píxel, antes de llenar todo el campo visual, hasta que se produzca el silencio de radio después de la explosión.
Las aproximadamente cuarenta personas presentes en la sala de control del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins, en Maryland, estarán listas para intervenir en caso de ser necesario.
Tres minutos después, un satélite del tamaño de una caja de zapatos, llamado LICIACube y lanzado por DART hace unos días, pasará a unos 55 km del asteroide para capturar imágenes de la colisión, que serán enviadas a la Tierra en las próximas semanas y meses.
El evento también será observado por los telescopios espaciales Hubble y James Webb, que deberían poder detectar una brillante nube de polvo.
Todo esto debería permitir comprender mejor la composición de Dimorphos, representativo de una población de asteroides bastante comunes, y por tanto medir el efecto que esta técnica, denominada impacto cinético, puede tener sobre ellos.
Los asteroides han sorprendido a los científicos en el pasado
En 2020, la sonda estadounidense Osiris-Rex se hundió mucho más de lo esperado en la superficie del asteroide Bennu.
Actualmente se desconoce la porosidad de Dimorphos. “Si el asteroide responde al impacto de DART de una manera totalmente imprevista, en realidad podría llevarnos a reconsiderar hasta qué punto el impacto cinético es una técnica generalizable”, señaló Statler.
Ninguno de los asteroides conocidos amenaza a la Tierra durante los próximos 100 años.
En sus inmediaciones se han catalogado cerca de 30,000 asteroides de todos los tamaños, a los que les llama objetos cercanos a la Tierra, es decir que su órbita cruza la órbita terrestre.
Los de un kilómetro o más han sido avistados casi todos, según los científicos. Pero estiman que solo conocen alrededor del 40% de los asteroides que miden 140 metros o más, capaces de devastar una región entera.
“Nuestro trabajo más importante es encontrar” a los que faltan, dijo Lindley Johnson, agente de defensa planetaria de la NASA.
Cuanto antes se detecten, más tiempo tendrán los expertos para determinar la mejor manera de defenderse de ellos.
Pero la misión DART es un primer paso crucial, dijo Johnson: “Es un momento muy emocionante (…) para la historia espacial, e incluso para la historia de la humanidad”.