El Partido Acción Nacional (PAN) se encuentra en un momento crítico, mientras se prepara para renovar su dirigencia nacional mediante un proceso que involucra a sus 300 mil militantes. Este método, definido por la Comisión Organizadora Nacional de la Elección del Comité Ejecutivo Nacional (CONECEN), ha generado divisiones internas y posturas encontradas entre los tres principales aspirantes que buscan liderar el partido, según reportó la agencia Animal Político.
El proceso de renovación de la dirigencia se da en un contexto de crisis para el PAN, después de haber sufrido una de sus peores derrotas electorales el pasado 2 de junio. Con la intención de recuperar legitimidad, el partido ha optado por abrir el proceso de elección a toda su militancia, un método que, aunque estatutario, no ha convencido a todos los candidatos.
DIVISIONES EN TORNO AL MÉTODO DE ELECCIÓN
Damián Zepeda, senador y uno de los aspirantes más críticos, ha expresado su descontento con el método de votación por militantes, argumentando que no es suficiente para garantizar una verdadera apertura y participación democrática. Zepeda ha sostenido durante meses que el PAN debería permitir la participación de la ciudadanía en general en este proceso, incluso planteando la posibilidad de que cualquier persona pudiera votar por el próximo líder del partido. Sin embargo, esta propuesta fue rechazada por la CONECEN, ya que no está contemplada en los estatutos del partido.
Por otro lado, Jorge Romero Herrera, coordinador de los diputados federales del PAN y otro aspirante a la dirigencia, se ha mostrado conforme con el voto de la militancia. Para Romero, este es el método de mayor apertura que actualmente prevén los estatutos del partido, y representa una oportunidad para que el PAN demuestre su compromiso con la democracia interna. A pesar de ello, Romero también ha reconocido que el partido debe aprender las lecciones de la pasada derrota electoral y considerar la posibilidad de abrirse aún más a la ciudadanía.
Adriana Dávila, ex diputada federal y única mujer que ha oficializado su intención de competir por la dirigencia, respalda el método de votación por militantes, pero ha solicitado garantías de que el proceso sea justo para todos los participantes. Dávila ha insistido en la necesidad de establecer un “piso parejo” y evitar que las estructuras del partido favorezcan a un candidato sobre otros.
Ana Teresa Aranda, comisionada presidenta de la CONECEN, ha defendido el método de votación por militantes, destacando que fue acordado por una mayoría dentro del partido. En una entrevista con Animal Político, Aranda subrayó la importancia de seguir las reglas establecidas en los estatutos del PAN, advirtiendo que cualquier intento de modificar el proceso podría generar inconformidades y futuras impugnaciones.
Ignacio Loyola, otro integrante de la CONECEN, también ha defendido el procedimiento, argumentando que los asuntos internos del PAN deben ser resueltos por sus miembros. Loyola ha asegurado que la comisión se encargará de garantizar un proceso transparente y equitativo, con el objetivo de restaurar la confianza en el partido.
ADRIANA DÁVILA: GARANTÍAS Y TRANSPARENCIA EN EL PROCESO
Adriana Dávila ha reiterado su compromiso con la militancia y su deseo de participar en un proceso transparente y equitativo. A pesar de apoyar el método de votación por militantes, Dávila ha solicitado que se organicen foros públicos y debates donde las candidaturas puedan contrastar sus propuestas. Asimismo, ha pedido que se evite el uso de las estructuras estatales del partido para beneficiar a algún candidato en particular.
Una crítica que Dávila ha dirigido a su partido es la reciente decisión de la dirigencia de garantizar la participación de al menos una mujer en la contienda por la dirigencia, incluso si no reúne las firmas necesarias. Aunque el PAN presentó esta medida como una “acción afirmativa”, Dávila considera que se trata de un acuerdo discriminatorio que subestima la capacidad de las mujeres del partido.
DAMIÁN ZEPEDA: UN CRÍTICO DEL ESTATUS QUO
Damián Zepeda, quien ya fue presidente del PAN entre 2017 y 2018, ha sido uno de los críticos más vocales del método de votación por militantes. Zepeda argumenta que el proceso debería abrirse a toda la ciudadanía, permitiendo que cualquier persona pueda votar por el líder del partido, independientemente de su afiliación partidista. Para Zepeda, limitar el voto a los militantes es un error que podría perpetuar la crisis interna del PAN.
El senador también ha señalado que el padrón de militantes del partido está controlado por un pequeño grupo de “padroneros” que dominan el proceso de afiliación, lo que podría influir en el resultado de la elección. Esta preocupación ha llevado a Zepeda a replantearse su candidatura, aunque ha asegurado que seguirá presionando para que la elección sea lo más abierta y democrática posible.
JORGE ROMERO HERRERA: UN ASPIRANTE EN ASCENSO
Por su parte, Jorge Romero Herrera, con una carrera política en ascenso desde 2012, ha manifestado su acuerdo con el método de votación por militantes. A pesar de las controversias que han rodeado su figura, incluidas acusaciones de corrupción en la trama del “cártel inmobiliario”, Romero se perfila como uno de los favoritos para ganar la dirigencia del PAN. Aunque apoya el método de votación por militantes, Romero también ha dejado abierta la posibilidad de una mayor apertura a la ciudadanía si así lo decide la CONECEN.
Romero Herrera ha destacado la importancia de aprender de los errores del pasado y ha abogado por un PAN más abierto y conectado con la ciudadanía. No obstante, ha matizado que cualquier apertura debe estar sujeta a filtros, para evitar que personas ajenas al partido, especialmente aquellas vinculadas a Morena, influyan en el proceso interno del PAN.
UN FUTURO INCIERTO PARA EL PAN
El proceso de renovación de la dirigencia del PAN ha puesto de manifiesto las divisiones internas y las distintas visiones sobre el futuro del partido. Mientras algunos aspirantes como Damián Zepeda abogan por una mayor apertura y participación ciudadana, otros como Jorge Romero Herrera y Adriana Dávila defienden el método de votación por militantes, aunque con diferentes matices.
La CONECEN, por su parte, se mantiene firme en su decisión de seguir los estatutos del partido, defendiendo el voto de la militancia como el camino más democrático para renovar la dirigencia. Sin embargo, el debate interno y las críticas al proceso sugieren que el PAN enfrenta un reto considerable para lograr una renovación que no solo sea legítima, sino también capaz de revitalizar al partido y devolverle su relevancia en el panorama político mexicano.
Con la convocatoria a punto de ser lanzada y la jornada de votación programada para el 10 de noviembre, el futuro del PAN pende de un hilo, en un proceso que definirá no solo a su próximo líder, sino también la dirección que tomará el partido en los años venideros.
Con información de Animal Político